Add parallel Print Page Options

Asiria no nos salvará.
    No montaremos nuestros caballos
    para ir a buscar ayuda en Asiria.
No volveremos a decirle a lo que hicimos con nuestras manos:
    “Tú eres nuestro dios”.
Porque tú eres
    quien compadece al huérfano».

«Los perdonaré por haberme abandonado;
    les daré el regalo de mi amor.
    Mi furia contra ellos ha desaparecido.
Seré para Israel como el rocío.
    Él florecerá como un lirio.
    Crecerá como los cedros del Líbano.

Read full chapter